18 diciembre 2011
Elíecer Ávila: "La prensa en #Cuba construye un Dios infalible que es pecado criticar"
En el siguiente vídeo del último Estado de SATS, dedicado a los medios de comunicación en Cuba, Elíecer Ávila comenta que en el país, "donde supuestamente no hay dueños de la información", sí que existen en cambio "personas con suficiente poder para evitar que ningún medio señale un solo error en su liderazgo o acción y, por el contrario, lograr que el 100 por 100 de los medios se dediquen a alabar sus supuestas victorias y enaltecerlo como figura".
Ávila señala que los medios de la Isla se dedican a "construir un Dios todopoderoso e infalible, que no está al nivel de la condición humana y que, en consecuencia, es un pecado intentar compararse o cuestionar alguna actitud de esa persona". Asimismo, agrega que "el poder absoluto puede ser mucho más importante que el dinero, porque al final son los dueños de los medios de comunicación". De hecho, afirma, en cuba "todos los periódicos fueron fundados posiblement por Fidel, son creaciones de un sistema que, como los creó y no hay más ninguno, su función es responder a los intereses de ese sistema, cosa que en la sociedad moderna hoy no existe".
Ávila manifiesta que cada vez pierde más importancia "el hecho de informar a la gente" algo que "siempre ofrece más espacio a la manipulación" así que considera que "hay que dejar que la gente se informe". "El que me informo soy yo, -recalcó-, no me informes tú, me conformo en que haya diversidad de suficientes puntos de vista, de todas las tendencias política o religiosa, y que todo el mundo hable". Hoy, aseveró, no es necesario tener un gran canal de televisión para difundir una noticia, "porque lo puede hacer cualquier ciudadano desde su computadora".
Por su parte David Canela señala que los medios de comunicación cubanos reposan sobre un eje que contrapone socialismo versus capitalismo e interior versus exterior. De esta manera, todas las noticias de la esfera socialista son positivas y las del capitalismo negativas. Asimismo, se proyecta un interior donde las cosas funcionan y crecen gracias a la acción del gobierno, mientras que el exterior es "hostil y prácticamente inhabitable por culpa de un sistema que colapsa".