El #TwittHab, encuentro de tuiteros integrados en el castrismo, ha definido las bases del evento, que
repele lo que llaman "encuentros plurales" porque se limita a "cubanos sinceros". El resto, en verso,
aquí. Por cierto, que las críticas a este encuentro "espontáneo" han sentado un poco mal. Resulta que defender democracia, libertad de expresión y Twitter para todos los cubanos (y no sólo para los periodistas integrados) es cosa de "extremismo anticubano".
El TwittHab podría ser un día feliz, sí, pero repito que no hay felicidad posible donde no hay libertad. Sólo puede haber autoengaño para poder seguir creyéndose feliz.