Alegando que la Agencia de Desarrollo Internacional de Estados Unidos (USAID) está haciendo
preguntas peligrosas sobre cómo se gastan sus fondos para favorecer la democracia de Cuba, el grupo
Freedom House ha renunciado a un subsidio de $1.7 millones de esta organización,
informa El Nuevo Herald. Información sobre la identidad y planes de viaje de las personas involucradas en sus programas para Cuba podría
filtrarse a La Habana y hacer que ellos acaben en una cárcel cubana, afirmó Daniel Calingaert, subdirector de programas de Freedom House.